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martes, 19 de marzo de 2013

EL TRÍPODE


Hoy nos dedicaremos a este accesorio fotográfico porque tal vez sea lo primero que compraremos luego de haber comprado la cámara.

Como en este blog no tenemos “ni idea” de fotografía, comenzaremos por lo básico.

El trípode ha sido bautizado con este nombre porque consta de tres patas que le confieren estabilidad.

Las patas son prácticamente las responsables del peso máximo que tendrá soportar el trípode y dicen mucho acerca de la calidad de este accesorio. Por lo tanto, al comprar un trípode, debemos enterarnos de cuanto peso soporta, para no correr riesgos con la cámara que le montaremos encima

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Las patas suelen ser telescópicas (extensibles). En lo referente al mecanismo de fijación, hay un sistema de tornillo y un sistema de palanca.


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La longitud de las patas es variable según el trípode.

Otra característica de las patas es la posibilidad de poder o no poder abrirlas en forma independiente. En el primer caso nos permitirá una mejor adaptación al terreno, mientras que si la apertura de todas las patas es simultánea ante un terreno irregular tendremos que recurrir a variar la extensión de las mismas en forma individual. 

 
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Debemos mencionar que también existen “trípodes” (por llamarlos de alguna manera) con patas articuladas (Gorillapod®) que nos permiten, no solo mantenerlos erguidos sobre sus tres patas, sino también fijarlos a muchas cosas (farolas, ramas, alambradas, rejas, etc.).
 
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Otros “trípodes” presentan una ventosa (Monsterpod®) que permite fijarlos a cualquier superficie; con ciertas limitaciones de tiempo, dependiendo del tipo de superficie y del peso de la cámara.  

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Mencionaremos además el “monopié”, de gran utilidad en fotografía deportiva, que nos da un punto de apoyo y nos evita el esfuerzo de sujetar a pulso equipos que resultan pesados, especialmente por el uso de grandes teleobjetivos. Pero éste no es nuestro caso. 


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La columna es la parte central del trípode sobre la que se sitúa la cámara y que sirve de unión de ésta con las patas. Suele ser extensible, de manera tal que manteniendo fijas las patas tenemos la posibilidad de subir o bajar la cámara moviendo solamente la columna.

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La subida o bajada de la columna se puede hacer mediante dos tipos de mecanismos: uno mediante un tornillo que bloquea la columna, y otro mediante una manivela con un engranaje que actúa sobre una zona dentada de la columna, haciéndola subir o bajar.
 
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Algunos trípodes poseen un sistema que permite girar, mover e invertir la posición de la columna.
 
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También hay trípodes que poseen un gancho en la parte inferior de la columna de donde colgar un peso (que puede ser la misma bolsa del equipo fotográfico), que le brinda mayor estabilidad al trípode.
 
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La rótula es el nexo de unión entre la columna y la propia cámara. Permite el movimiento de la cámara una vez que ésta está asegurada al trípode. Existen distintos tipos de rótula:

3D: permite el movimiento preciso de la cámara, de forma a lo largo de tres ejes distintos. Es muy apropiado en panorámicas o en fotos que requieren controlar el movimiento de la cámara antes o durante el disparo.
 
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De bola: es sencillo en cuanto a su manejo. Es menos preciso que el tipo anterior. El movimiento de la rótula se consigue en base a una bola que está asegurada por un tornillo, al liberarla se puede mover la cámara todos los sentidos.
 
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Tipo joystick: es una variante del tipo anterior en el que una empuñadura permite, mediante la presión de una palanca la liberación de la bola, obteniéndose un movimiento de la cámara en todos los sentidos.
 
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La zapata es el elemento del trípode que está en contacto directo con la cámara. Este elemento se ajusta a la cámara mediante un tornillo.
 
Hay dos tipos de zapatas; la que está fija al trípode y nos obliga a mover todo el trípode para ajustarlo a la cámara o para retirarlo de la misma y la que se une al trípode a través de un click que nos permite colocar la cámara o retirarla en un segundo.

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¿De qué material están hechos los trípodes?


Los trípodes de fabrican de “plástico”, “aluminio” o “fibra de carbono”.

El primero es ligero y económico, pero proporciona menor estabilidad y son mucho más sensibles a las vibraciones.

Los de aluminio son más firmes y estables que los de plástico, pero algo más caros y bastante más pesados.

Los de fibra de carbono tienen a favor la estabilidad y la firmeza; son más ligeros que los de aluminio, pero su precio es bastante más elevado.

Además, los trípodes de aluminio y de fibra de carbono ofrecen, en general, la posibilidad de intercambiar la rótula, cosa poco habitual en trípodes de plástico. 

¿Qué Trípode Necesito?


Para los que no sabemos nada de fotografía, contestar esta pregunta es muy simple, siempre y cuando antes nos preguntemos ¿qué cámara poseo? o ¿qué cámara voy a colocar sobre el trípode?

Si nuestra cámara es una compacta ligera; prácticamente nos valdrá cualquier trípode. Si en cambio es una bridge, ya tendremos que valorar con más cuidado la estabilidad y la firmeza. Si poseemos una reflex es conveniente saber cuanto pesa nuestra cámara y cuanto soporta el trípode (debe estar especificado). Si a nuestra reflex le colocamos un teleobjetivo tendremos que ser aún más cuidadosos en el momento de la elección del trípode.

Las otras cuestiones a tener en cuenta son ¿dónde voy a utilizar el trípode? y ¿cuánto tiempo deberé cargar con él?

Estas preguntas sólo tienen respuestas basadas en las aplicaciones de trípode. Por lo tanto, vamos a ello… Aclaremos, que muchos trípodes poseen un “nivel de burbuja” que nos permitirá estabilizarlo perfectamente nivelado.
 
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Como veremos a continuación, la mayoría de las veces en que tendremos necesidad de usar el trípode será debido a que utilizaremos bajas velocidades de obturación y disparar con cámara en mano significaría obtener una imagen borrosa debido al movimiento de la cámara. Por lo tanto el fiel amigo del trípode es el “disparador remoto”, que nos permitirá disparar la cámara sin tocarla. 
 
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Pero… Nosotros tenemos una compacta que no permite la utilización del “disparador remoto”. ¿Cómo resolvemos el problema? Muy simple, utilizamos el “autodisparador”, que en algunas cámaras nos permitirá seleccionar hacer el disparo a los 2 ó a los 10 segundos de haber oprimido el botón disparador.
 
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Ocasiones en las que utilizaremos el trípode:

 
A la salida o puesta del sol
 
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Al tratarse de momentos del día con escasa luz, para que nuestra fotografía salga correctamente expuesta utilizaremos una baja velocidad de obturación. Utilizar un trípode impedirá la vibración y la fotografía tendrá una muy buena definición. 
 
Para hacer panorámicas 

 
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El trípode ayudará a mantener la cámara siempre al mismo nivel y no tendremos desplazamientos hacia arriba o hacia abajo de las líneas horizontales. Además, si nuestra cámara graba vídeo, el barrido se podrá hacer perfectamente horizontal.

Fotografiar estelas de luces (night trails) 

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En este caso es imprescindible el uso de un trípode. Sin él, fotografiar los haces de luces de los coches es imposible. Para obtener este tipo de imágenes, tendremos usar un tiempo de exposición bastante prolongado y, sin trípode, será imposible utilizar esta técnica fotográfica. 

Para hacer fotografías macro
 
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Si quisiéramos fotografiar elementos desde muy cerca (insectos, joyas pequeñas, detalles de ciertos objetos, etc.) deberemos usar un trípode, ya que al hacerlo con cámara en mano será muy difícil conseguir enfocar correctamente o evitar trepidaciones si usamos baja velocidad de obturación.
Para tomar fotografías de acción
 
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El trípode es muy útil para hacer fotografías de velocidad. La diferencia entre un buen barrido y uno mediocre, en muchas ocasiones pasa por la utilización o no de un trípode.
Para hacer fotografías en HDR (alto rango dinámico)
 
Esta fotografía es gentileza de Antonio Villegas
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Estas fotografías requieren “2 ó 3 tomas” con “idéntico encuadre” pero con exposiciones diferentes. Lograr el mencionado “idéntico encuadre” sin trípode es imposible.
Para fotografiar agua con “efecto seda”
 
Esta fotografía es gentileza de Antonio Villegas
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Para fotografiar escenas de agua en movimiento con ese “efecto seda”, necesitaremos un trípode, porque nos permitirá utilizar un diafragma más cerrado, y podremos prolongar el tiempo de exposición. 

Para usar teleobjetivos
 
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Las cámaras bridge y algunas compactas avanzadas cada vez tienen mejores ópticas con focales más largas (por ejemplo, la Nikon Coolpix P510® posee un zoom óptico de 42 x; que equivale a una focal de 1000 mm). Por lo tanto, el uso de un trípode puede evitarnos el disgusto de una foto movida por la trepidación. 

Para hacer fotografías en ángulos imposibles
 
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Hacer algunas fotos desde situaciones incómodas pueden ser facilitadas al tener un trípode al que se le pueda invertir la columna o utilizar un “trípode Gorillapod”, que ya hemos mencionado. 

Para hacer fotos de grupo en la que estemos también nosotros


En muchas oportunidades hemos estado en reuniones donde deseábamos fotografiar al grupo para eternizar el recuerdo. Nosotros, que tomábamos la fotografía quedábamos fuera. Con la cámara montada en un trípode, accionamos el autodisparador y salimos corriendo para ubicarnos en el hueco que nos han dejado. Así nosotros también estaremos en la foto.

Un secretito

Si tenemos la idea de comprarnos el trípode pero aún no lo hemos hecho y surge la necesidad de tomar una fotografía con una buena estabilización de la cámara; cogemos un “saco pequeño de tela” lo rellenamos con “1 kg de garbanzos o lentejas” lo apoyamos sobre una superficie firme y sobre él colocamos la cámara, que se mantendrá firme y estabilizada.
 
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